Llevaba unos años sin asistir a las
procesiones de Semana Santa de Guadalajara, mi ciudad. Ayer, Viernes Santo,
pude contemplar -ante la habitual amenaza de la lluvia- las dos que estaban
previstas.
Por la mañana presencié la procesión
de la Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz que salió desde la
parroquia de San Ginés; fue con su imagen al encuentro de la Virgen de la Soledad que esperaba en la
iglesia de San Nicolás para que de esta forma se vieran por última vez antes de
la muerte de Jesús. La verdad es que emociona cómo viven ese instante los
cofrades y, por descontado, los que asistimos como espectadores.
Por la tarde, bajo un frío más propio de febrero que de abril, se celebró la Procesión del Silencio y
Santo Entierro. Desde la concatedral de Santa María salieron las cofradías de la Pasión del Señor, la de Nuestra Señora de los
Dolores, la del Cristo Yacente del Santo Sepulcro y la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad. Esta es la procesión
que más recuerdo de cuando yo era pequeño, con todas las autoridades políticas
vestidas para la ocasión, mujeres con mantilla y, por supuesto, la Banda Provincial
de Música.
Os dejo un experimento que he realizado consistente en
fotografiar las miradas de algunos cofrades.
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| Mirada de Semana Santa |
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| Mirada de Semana Santa |
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| Mirada de Semana Santa |
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| Mirada de Semana Santa |
Llevaba unos años sin asistir a las
procesiones de Semana Santa de Guadalajara, mi ciudad. Ayer, Viernes Santo,
pude contemplar -ante la habitual amenaza de la lluvia- las dos que estaban
previstas. 
