Ayer estuve con Raquel en su pueblo, Arroyo de las Fraguas. No solemos ir con frecuencia, pero cuando aparecemos por allí somos bien recibidos por familia y vecinos.
Después de una Semana Santa pasada por agua y granizo, el tiempo concedió una tregua al pueblo –quién sabe si en honor a nuestra visita– y pudimos disfrutar de un día excelente.
Antes y después de comer estuvimos de visita viendo a familiares de Raquel, tomando torrijas por doquier (cinco en un día no está mal) y ya por la tarde nos fuimos a caminar con sus padres por los prados que tantas veces ellos transitaron. El paisaje precioso, el verde de los campos y el agua de los arroyos se mezclaba con las montañas que rodean al pueblo: la sierra del Alto Rey, la sierra del Robledal y la sierra Gorda.
Una pena que no me llevé la cámara para el paseo, porque podía haber sacado buenas fotografías. Otro día estaré más atento y veréis que no exagero. A cambio, os muestro una foto de hace un año y medio.
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Otoño en Arroyo de las Fraguas |
A la vuelta, nos acercamos al pantano de Alcorlo. A Raquel siempre le gusta ir cuando volvemos a casa, para ver si está lleno, vacío, o simplemente sigue ahí. Yo siempre me niego al principio poniendo distintas excusas, pero al final cedo porque sé que a ella le hace feliz y le trae buenos recuerdos de su infancia, y porque allí hace muchos años vivió parte de mi familia. Ésta es la foto que saqué (si pincháis en ella podéis verla con más detalle).
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Vista Panorámica del Pantano de Alcorlo |